Desde el Ministerio de Hacienda se está valorando, según ‘La Información’, sacar del Régimen de Estimación Objetiva a alrededor de 200.000 profesionales autónomos hasta 2023. Algunas organizaciones de autónomos, como ATA, ya saben que este paso va a darse y todo pasa por una reducción del umbral máximo de facturación de forma progresiva. Siendo el objetivo que en ese 2023 tributen dentro del Régimen de Estimación Directa totalmente.
Para ello se debe volver a formular el Régimen de Estimación Objetiva y trabajar sobre esa “salida progresiva”, a desarrollar desde 2020. Este planteamiento ya se aprobó en 2014 con la reforma del IRPF, pues los sectores de construcción e industria debieron salir en 2016 del Régimen de Estimación Objetiva y se activó una rebaja del umbral máximo de 225.000 euros a 125.000 euros, con previsión de una nueva rebaja a 75.000 euros en 2018. Esta última rebaja se retrasó y, pese a que debió entrar en vigor el año pasado, todavía sigue por aplicarse.
El objetivo principal es eliminar el fraude fiscal que expertos, fiscalistas y Agencia Tributaria determinan se produce con este “régimen de módulos” del IRPF. Es por ello que desde Hacienda se trata de resolver para que de forma moderada salgan los beneficiarios para que queden únicamente aquellos autónomos que facturan al consumidor final. Evitando beneficios por parte de autónomos que facturan a empresas u otros profesionales.
¿Cuáles son los beneficios de los módulos?
El principal beneficio radica en que la factura fiscal no se deriva de la facturación real sino de una estimación de referencias (módulos) tales como factura eléctrica, número de empleados, metros cuadrados del establecimiento… Esto determina una cuota a pagar sin tener en cuenta los rendimientos de la actividad, siempre que se mantengan dentro del umbral máximo fijado por ley.
La Agencia Tributaria publica que los que tributan en dicho régimen tienen un tipo medio del 7’32% y los que tributan por estimación directa del 21’12%. Esta diferencia provoca discrepancias y, desde muchos sectores indican que este sistema de módulos incentiva “ocultar” rendimientos del trabajo sin declararlos. Así, se evita superar el umbral máximo establecido por ley. Esto se contrarrestaba con que su actividad en ‘B’ no se desarrollaba pese a esa ocultación de rendimientos.
Bien es cierto que, con la tecnología, la información que llega a la Agencia Tributaria sobre las empresas ha crecido exponencialmente y, como consecuencia, este último argumento se desvanece. Es por ello que ya no tiene sentido habilitar un canal que garantice la contribución a las arcas públicas, pese a que fuere por debajo de lo que exige y marca la ley.